Archivo de la etiqueta: Regadío

Regadío y adaptación al cambio climático.

Joaquín Olona en la clausura de la Jornada anual de Riegos de Alto Aragón. Huesca, 6 de Octubre de 2016.

En nuestro contexto agroclimático el mejor remedio contra la sequía es el regadío, cuya modernización y ampliación debemos contemplar ya como una  herramienta clave para la adaptación al cambio climático. También lo es la regulación, y en particular, la del río Gállego ya que la acentuación de la de por sí elevada irregularidad pluviométrica de la cuenca del Ebro debe afrontarse con la ampliación de la capacidad de embalse anual e hiperanual, es decir, haciendo cuanto antes y de una vez Biscarrués y Almudévar, que son imprescindibles para el desarrollo de Aragón como también lo es el Recrecimiento de Yesa o Mularroya. Esta es la posición oficial del Gobierno de Aragón.

Nuestra situación presupuestaria no puede frenar el desarrollo del regadío, ni su modernización ni su ampliación. Todo lo contrario, esté sirviendo para reorientar la política en materia de agua y regadío, que también debe modernizarse haciéndola coherente con nuestra realidad y situando a las Comunidades de Regantes en el foco del proceso de innovación institucional que promovemos desde el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad.

En Aragón, el regadío es una componente esencial de la inversión, de la generación de valor añadido, del empleo y, por tanto, del crecimiento económico y del desarrollo. Prueba de ello son los 218 millones € de inversión en los que se ha traducido la respuesta de las Comunidades de Regantes a la reciente convocatoria de ayudas para la modernización, de los cuales 179 millones € corresponden a la provincia de Huesca.

Pero si la modernización del regadío es importante, su ampliación todavía lo es más por ser mayor su impacto sobre la generación de empleo y la producción. Para ello también trabajamos en un nuevo marco de financiación donde las Comunidades de Regantes también deben ser protagonistas.

El Plan de Riegos del Alto Aragón, después de cien años, debe completarse en lo que en el corto y medio plazo es posible lograr. Ello exige ejecutar Biscarrués y Almudévar al tiempo que se articulan las medidas necesarias para regar lo antes posible, al tiempo que se aportan incentivos adicionales para la defintiva regulación del Gállego, los sectores VIII, XIII así como los dependientes de la Balsa de Ontiñena y del Sifón de Cardiel.

 

Agua y regadíos en Aragón.

Joaquín Olona en la clausura de la Jornada «El Regadío de Bardenas de Aragón y  Navarra en la Cuenca del Ebro». Ejea de los Caballeros (Zaragoza), 22 de septiembre de 2016.

¿Cómo sería Aragón sin regadíos y sin regulación hidráulica? ¿Cómo sería Ejea si  no existiera el embalse de Yesa y sin sus 33.000 hectáreas de regadío?

En Aragón, la regulación hidráulica y los regadíos son consustanciales al desarrollo socioeconómico y la vertebración territorial.

Las verdaderas amenazas en relación con el agua, en el contexto de cambio climático, no son de escasez física ni de agotamiento del recurso como equivocadamente establece el paradigma dominante. El problema es la existencia de una institucionalidad obsoleta que dificulta ver y hacer ver con claridad los problemas y retos que afronta la gobernanza del agua en el siglo XXI.

Es hora de que la visión mítica del agua y del regadío con la que Aragón ha forjado su identidad de paso a otra visión más realista que asegure su progreso y desarrollo.

La escasez de agua no es física sino económica. En el contexto de acentuada aridez e irregularidad hidrológica propia de la zona central de la Depresión del Ebro, que se verá incrementada con el cambio climático, el problema es de falta de regulación así como de contaminación y calidad de las masas de agua.

El agua agraria no es propiamente un bien público sino que es un bien de carácter comunal, que es parecido pero no exactamente lo mismo. Es por ello que la asignación y uso eficiente del agua exige instituciones, es decir, normas formales e informales por las que se rigen los usuarios, que antepongan la cooperación, la acción colectiva y la descentralización a la competencia, el mercado y la intervención pública. Estas instituciones ya existen, pero es preciso fortalecerlas dotándolas de los medios e incentivos adecuados para que evolucionen y se adapten. Se trata de las Comunidades de Regantes, o mejor dicho, de Usuarios. Su reconocimiento internacional contrasta con la escasa valoración y deficiente comprensión de lo que son y representan. Sobre todo en las instancias europeas así como por parte de quienes se atribuyen la exclusividad de la cultura del agua.

La política de modernización de los regadíos fue certera en su inicio al identificar a las Comunidades de Regantes como protagonistas de las acción. Sin embargo erro en su desarrollo al no comprender bien su verdadera función y someterlas a una intervención pública excesiva. Pero sobre todo, que al limitar la acción modernizadora a las infraestructuras físicas y no entender que la verdadera modernización sólo de producirá si se modernizan las Comunidades de regantes, que es lo que proponemos desde el Gobierno de Aragón como clave de las innovación de la arquitectura institucional que exige la gobernanza del agua y del regadío.

Urge un nuevo marco financiero que permita afrontar las inversiones en el corto plazo evitando los elevados costes de oportunidad que implica posponer las actuaciones sin un horizonte claro y concreto.

Este proceso innovador, que ya se ha traducido en algunas medidas legislativas que es preciso completar, resulta imprescindible para adecuar la gobernanza del agua y del regadío a nuestra realidad social, política y económica. Una realidad que poco o nada tiene que ver con la que condujo a la promulgación de la Ley de 7 de julio de 1911 sobre obras hidráulicas con destino a riegos ni a la de la Ley de Reforma y Desarrollo Agrario de 1973 que todavía conforman la institucionalidad vigente del regadío y que, obviamente, urge modernizar.

Retos del regadío.

Ponencia de Joaquín Olona en la XVII Jornada Informativa de Riegos del Alto Aragón. Huesca, 14 de octubre de 2015.

Salvo excepciones puntuales, la escasez de agua en la cuenca del Ebro no es consecuencia del uso abusivo e insostenible sino de la insuficiente dotación de infraestructuras de regulación y transporte. Esta insuficiencia tampoco obedece a razones de sostenibilidad sino que más bien es consecuencia de una política que propicia el conflicto y la confrontación más que el diálogo y el acuerdo. Es preciso saber y admitir que sin obras de regulación no tendremos agua con la seguridad física y jurídica que necesitamos.

Sin cuestionarla, debe aceptarse que la modernización de regadíos no ahorra necesariamente  agua en el conjunto de la cuenca. Aunque aumenta la eficiencia de riego en parcela, la intensificación productiva imprescindible para rentabilizar las elevadas inversiones exigidas por la modernización tiende a aumentar el consumo de un recurso que no nos falta.

El enfoque de la vigente política de regadíos, exclusivamente basada en el ahorro de agua, es completamente desacertada en la cuenca del Ebro y debe reorientarse si queremos  ser coherentes con la realidad y con nuestros propios intereses económicos, sociales y ambientales.

La política de regadíos exige innovarse para avanzar teniendo en cuenta que:

  • Los recursos financieros públicos son insuficientes para  atender incluso las necesidades más prioritarias si se mantiene el marco vigente, que nunca ha permitido avanzar al ritmo deseable.
  • Las ayudas públicas deben aplicarse en la forma y cuantía que sirvan para incentivar el desarrollo de proyectos rentables, no para sacar adelante los que no lo son y que terminan perjudicando al sector.
  • Evitar costes de inversión en modernización y creación de regadíos excesivos y desproporcionados, que se han generalizado de forma preocupante.
  • No sólo deben modernizarse las infraestructuras de riego, también deben hacerlo las comunidades de regantes, que no sólo deben atender al uso eficiente de los caudales sino a la calidad de las masas de agua.
  • Fortalecer las comunidades de regantes, que deben desempeñar un papel técnico, administrativo y financiero más activo y directo en el desarrollo de los proyectos.
  • Un nuevo papel para la administración pública de modo que su apoyo de sea eficaz.

La política de regadíos exige innovar la política y la gobernanza del agua de modo que:

  • Integre de forma más realista y coherente las políticas agrícola y energética.
  • Integre de forma equilibrada la política hidráulica (oferta) abandonando enfoques exclusivamente basados en la gestión de la demanda (ahorro).
  • Diferencie entre escasez física (ausencia de agua) y económica (insuficiencia de infraestructuras).
  • Considere que el agua es un bien de naturaleza económica común y que el logro de la eficiencia exige instituciones distintas del mercado y del Estado.
  • Potencie las comunidades de usuarios  que son a su vez, si se les dota de los incentivos adecuados, la clave para garantizar  la gestión pública del agua, evitando su privatización y asegurando de la participación efectiva y responsable de los usuarios.
  • Incentive el uso eficiente de los caudales al tiempo que la protección de la calidad de las aguas (eco-eficiencia).
  • Aplique definitivamente las reglas de juego comunitarias donde las exigencias conviven con las excepciones debidamente justificadas.

Ver presentación.

Otra vez Biscarrués.

Publicado por Joaquín Olona en Heraldo de Aragón, 24 de junio de 2015.

Paralizar de nuevo el embalse de Biscarrués, proyectado en el río Gállego, no contribuye necesariamente al bienestar del conjunto de la sociedad, es decir, al interés general. Al igual que los intereses económicos son particulares cuando los beneficios se circunscriben a un grupo social limitado lo mismo cabe decir respecto de los intereses ambientales cuando no están legitimados por la mayoría social.

Leer artículo completo.

Agua, crecimiento y empleo.

Publicado por Joaquín Olona en iagua el 7 de mayo de 2015.

El agua es un bien económico y como tal debe ser tratado. No necesariamente para convencernos de que sólo cabe ser ahorrado sino de que también debe ser utilizado, particularmente por el sector agroalimentario.

Leer artículo en iagua.

Agua y soberanía alimentaria.

Publicado por Joaquín Olona en Heraldo de Aragón, 31 de marzo de 2015.

Reducir el cultivo de cereales y otros cultivos de supuesto bajo valor económico en los regadíos, ta y como se propone desde el Observatorio del Agua de la Fundación Botin, es cierto que permitiría ahorrar agua. Un ahorro de un recurso que tenemos, el agua, a costa de perjudicar una fortaleza económica de la que carecemos.

Leer artículo 

 

Cien años de Riegos del Alto Aragón.

Publicado por Joaquín Olona en iagua 14-01-2015.

El pasado 7 de Enero, la Comunidad General de Riegos del Alto Aragón clausuró los actos de celebración del centenario de la Ley de 7 Enero de 1915, sobre riegos del Alto Aragón. Una ley que trascendió al ámbito estricto de su aplicación geográfica y que marcó un punto de inflexión en la gobernanza del agua.

cienañosRRAAVer artículo en iagua

Leer artículo en .pdf

 

Apostando por el futuro del Valle del Ebro.

Publicado por Joaquín Olona en el suplemento especial de Heraldo de Aragón «Perspectivas 2015» de 1 de enero de 2015.

El sector agroalimentario debe mejorar la confianza en su propio futuro, presentándose ante la sociedad como un aliado de la inversión, el crecimiento económico, la innovación, el conocimiento, la tecnología y el empleo. Todo ello mucho más vinculado a la producción que a la subvención. Pero la sociedad también debe ser más consciente de las oportunidades que la agroalimentación ofrece para el desarrollo de la industria, la I+D, el comercio, los servicios y el territorio.

Leer el artículo completo.

 

¿Habrá agua para alimentar al mundo?

Publicado por Joaquín Olona en iagua (16-12-2014)

olona_agua_alimento

Disponiendo de cantidades ingentes de agua ¿Por qué tanto empeño en  hacer ver que la amenza es su escasez? ¿De verdad que el ahorro es la mejor opción?  ¿Para quiénes? ¿Es lo más conveniente para el bienestar global? ¿Es admisible seguir rechazando las políticas de oferta confiando todo a la gestión de la demanda? ¿Es razonable seguir poniendo trabas al regadío? ¿Somos conscientes de que la negación del agua a la agricultura dificulta la alimentación de los más pobres?

Acceso al artículo en iagua.

Artículo en .pdf

 

 

 

Agua y seguridad alimentaria.

Ponencia de Joaquín Olona en el curso «Derecho y Gestión del Agua» organizado por la Confederación Hidrográfica del Ebro. Zaragoza, 16-18 de Junio de 2014.

Para extender y garantizar la seguridad alimentaria  se necesitan grandes avances en eficiencia, justicia y equidad lo que exige profundas innovaciones, no sólo tecnológicas sino también institucionales.

La Seguridad Alimentaria afecta a todos y exige coordinar políticas eficaces en el ámbito de la agricultura, la sanidad, la educación, la economía y el medio ambiente. Sin ser, por tanto, una mera cuestión de producción, la productividad agrícola seguirá siendo determinante durante los próximos años.

Imagen1

El agua resulta esencial para la agricultura y, por tanto, para la alimentación. Siendo muy abundante globalmente, su accesibilidad local queda en muchos casos condicionada por razones  físicas, tecnológicas, económicas o institucionales.

El regadío es un factor esencial  de productividad,  sobre todo en las zonas áridas.Sin que sea completamente cierto que el regadío concentre el mayor consumo de agua, la política vigente sobreestima su  potencial de ahorro y debería evolucionar hacia un enfoque más realista y eficaz, mejor interrelacionada con la agricultura y la alimentación siendo necesario que supere el vigente paradigma centrado en la escasez y el ahorro.

Es preciso un nuevo paradigma económico y político para la asignación del agua sabiendo que la política de precios  orientada hacia la competencia entre usos y usuarios  no es necesariamente la más indicada siendo preciso desarrollar soluciones institucionales más específicas basadas en la cooperación y sobre las que en España existe una valiosa experiencia y tradición en torno a las Comunidades de Usuarios y las Confederaciones Hidrográficas.

Ver presentación