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Recuperar el espíritu de la extinta Extensión Agraria.

Joaquín Olona. Zaragoza, 24 de febrero de 2017.

La extensión agraria, eufemísticamente denominada «asesoramiento» en Europa, es imprescindible para el desarrollo de la agricultura del conocimiento, que es la que tiene la respuesta a los retos de la seguridad alimentaria, la productividad, la competitividad y el medio ambiente.

Clausura de la jornada de presentación de los proyectos RICA y Siasa promovidos por la Alianza Agroalimentaria Aragonesa orientados a vertebrar un sistema de asesoramiento agroalimentario. Zaragoza, 22 de febrero de 2017.

Las potencias agrícolas como Estados Unidos, Canadá o Australia concentran buena parte del apoyo público a su agricultura en la generación de conocimiento y su trasferencia a los agricultores. La propia PAC vigente obliga a los estados miembros a poner a disposición de los agricultores un sistema de asesoramiento. Este sistema, que en Aragón se está poniendo en marcha en un marco que apuesta por la innovación institucional, pretende ser la extensión agraria del siglo XXI. Un sistema descentralizado que, dotado de un importante apoyo público, también se pretende que esté protagonizado por los agricultores como vía más segura para que redunde en su beneficio, que debe concretarse en la mejora de sus rentas.

La agronomía y los agricultores han logrado resultados espectaculares en la mejora de los rendimientos agrícolas y, con ello, en el aumento de la productividad de la tierra. Durante los últimos cincuenta años los rendimientos por hectárea del maíz, por ejemplo, se han multiplicado por diez. Sin embargo, la renta de los agricultores sigue siendo, como hace cincuenta años, la mitad que la del resto de los españoles y de los europeos. Este refleja el fracaso social de la política agraria, que debería poner ahora un especial énfasis en la mejora de la renta, tanto en su elevación como en su estabilización, a través de la productividad del trabajo.

La experiencia internacional demuestra que la transferencia de conocimiento no es viable sin apoyo público y que en países donde se ha privatizado completamente, como es el caso de Reino Unido, se observa que las empresas desatienden a los agricultores redirigiendo su actividad hacia objetivos más lucrativos. Porque es preciso reconocer que un asesoramiento estrictamente privado sea fiable y viable , sobre todo cuando se refiere a recursos e impactos públicos o comunes tales como el agua, el genoma, la contaminación difusa, las plagas, el clima o los ciclos geoquímicos.

Por otro lado, a medida que las tecnologías agrarias se convierten en bienes privados a través de las patentes, los procesos de transferencia se privatizan con cargo directo o indirecto a los agricultores. Sin embargo, en este marco, el asesoramiento técnico está impulsado por intereses no siempre compatibles ni coherentes con los de los agricultores.

Consecuentemente, deben ser los propios agricultores quienes se involucren en la configuración de un sistema de asesoramiento que redunde en su beneficio. Un sistema que supone un reto institucional de primer orden que, en Aragón, está impulsando el propio Gobierno y que cuenta con el apoyo del sector tal y como de manifiesto los proyectos RICA y Siasa promovidos por la Alianza Agroalimentaria Aragonesa. Dos proyectos que, financiados por la medida de cooperación del Programa de Desarrollo Rural gestionado por el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, suponen una importante contribución al desarrollo y configuración del sistema de asesoramiento que la agroalimentacion aragonesa necesita.

Innovación en la gestión de purines.

Por Joaquín Olona. Zaragoza, 17 de febrero de 2017.

La solución de los grandes retos agroambientales exige innovaciones no sólo tecnológicas sino, también, institucionales. El modelo de gestión de purines desarrollado por la ADS nº 2 de porcino, de Ejea de los Caballeros (Zaragoza), es un magnífico ejemplo práctico de ello.

Aragón se está convirtiendo en la potencia de referencia del sector porcino europeo. No sólo por su importancia productiva creciente sino, sobre todo, por su desarrollo tecnológico y organizativo o institucional.

El elevado grado de competitividad alcanzado se manifiesta en las elevadas tasas de exportación del sector que se basan, a su vez, en los importantes avances tecnológicos y sanitarios logrados. Toca ahora dar respuesta al reto ambiental que supone la gestión sostenible de los estiércoles producidos en forma de purines. El «Centro Gestor de purines» desarrollado en Ejea de los Caballeros por la Agrupación de Defensa Sanitaria (ADS) nº2 , basado en la acción colectiva y la colaboración entre agricultores y ganaderos con la finalidad de utilizar los purines como fertilizante agrícola, ha demostrado su eficacia e interés. Tanto es así que es el modelo adoptado como solución general a extender al conjunto de la Comunidad Autónoma por el Gobierno de Aragón mediante el decreto que, sobre gestión de estiércoles, se publicará próximanente.

Energía renovable y cambio climático.

Joaquín Olona en la presentación del proyecto LIFE+ REWIND en la bodega Viñas del Vero. Barbastro (Huesca), 9 de noviembre de 2016.

El argumento del agotamiento de los recursos naturales, en particular del petróleo y del gas natural, no ha servido para impulsar las energías renovables. Quizás porque este tipo de enfoques maltusianos, catastrofistas y alarmistas, a juzgar por los hechos conocidos, sean cuestionables.

Sin embargo, la necesidad de reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, es decir las limitaciones que impone la atmósfera en su contenido en anhídrido carbónico, óxido nitroso, metano y otros, configuran un escenario muy favorable para el definitivo desarrollo de las energías renovables, siendo de hecho un factor  clave para la mitigación del cambio climático.

Así, muy probablemente, el futuro energético será renovable o no será. No porque se agoten los combustibles fósles, cuyas reservas conocidas no hacen más que aumentar, sino porque su utilización conduce a escenarios térmicos que amenazan la supervivencia de la propia humanidad.

Las soluciones a la descarbonización de la economía y la mitigación del cambio climático cabe esperarlas, sobre todo, de las actuaciones en los llamados sectores difusos (agricultura, PYMES, transporte, vivienda, comercio, etc.) que es donde más y mejor cabida tienen las tecnologías fotovoltaicas, eólicas, del hidrógeno o de las pilas de combustible. No sólo porque las emisiones difusas suponen casi las dos terceras partes de las emisiones totales sino porque, además, implican decisiones individuales de las que dependen los cambios de comportamiento colectivo que se necesitan.

Lo que cada uno de nosotros hacemos o dejamos de hacer en nuestra esfera individual y profesional no sólo importa sino que es determinante. Porque  somos las personas las que tomamos las decisiones en todos los ámbitos económicos, sociales, ambientales y políticos.

 

El porcino aragonés en la vanguardia mundial.

Joaquín Olona en la inauguración de la Granja Valseca de la Cooperativa Virgen del Rosario de San Mateo de Gállego, 8 de Octubre de 2016.

Hasta hace pocos años, para ver la tecnología porcina más avanzada, había que salir de España. En estos momentos, si se quiere conocer la vanguardia tecnológica del sector porcino hay que venir a Aragón.

Siendo muy importante el desarrollo tecnológico como base de la competitividad y, por tanto, de la sostenibilidad económica, lo es todavía más, si cabe, la sostenibilidad social y ambiental que, con carácter vanguardista y basado en la cooperación, también aportan los nuevos proyectos que se están desarrollando en Aragón.

El Grupo Alendi, con 7.500 cerdas de cría distribuidas en dos explotaciones ubicadas en Almudévar y San Mateo de Gállego supone la incorporación de la economía social a la producción porcina, que es la principal componente de la producción final agraria aragonesa. Un proyecto que también es una muestra de economía circular en la medida que los purines obtenidos son utilizados como fertilizantes agrícolas.

La sostenibilidad económica, social y ambiental es la clave para afianzar el liderazgo que ya ejerce Aragón en el sector porcino, sin duda el más competitivo del panorama agroalimentario internacional.

Productos forestales y agroalimentación.

Joaquín Olona en la apertura de la Jornada sobre Micología y Truficultura. Zaragoza, 21 de junio de 2016.

El aprovechamiento sostenible de los recursos forestales forma parte de la estrategia de conservación de unos espacios naturales que, en Aragón, son consecuencia de una actividad humana secular. Además de prevenir y proteger nuestros montes contra los incendios, extinguiéndolos lo antes posible cuando se producen, es imprescindible promover el aprovechamiento turístico, cinegético, lúdico, deportivo o ganadero así como la extracción  de madera, biomasa, setas u otros productos. Porque de la continuidad y de la sostenibilidad de estos usos  así como de la seguridad para los usuarios y consumidores depende la conservación de los espacios que pretendemos cuidar. Por ello, y para ello, desde el Gobierno de Aragón, se promueve la aprobación de un Plan Forestal que ponga fin a la carencia que supone su inexistencia conforme a la vigente ley de montes.

El anteproyecto de ley de venta directa de productos agro-alimentarios, que en estos momentos se somete a debate público -en coherencia con el término agro-alimentario- propone, como ámbito exclusivo, los productos primarios procedentes de las explotaciones agrícolas y ganaderas así como, bajo ciertas condiciones, los elaborados procedentes de aquellos. Se excluyen, por tanto, los productos forestales cuya comercialización no pretende ser objeto de regulación mediante esta ley. Debe quedar claro que «prohibir la venta directa de setas o de carne de caza», como se ha dicho recientemente, no está ni ha estado nunca entre los objetivos del Gobierno de Aragón.

La trufa negra  que, cuando procede del cultivo, entra en el ámbito de aplicación de la ley referida,  puede convertirse en uno de los productos más emblemáticos de Aragón  al tiempo que una de sus grandes aportaciones al  mundo de la gastronomía. Para lograrlo es preciso que los truficultores aragoneses,  más allá de los mercados locales, apuesten colectivamente por el desarrollo de las estructuras y de las herramientas comerciales necesarias para satisfacer la demanda que representa el mercado mundial, que es donde se sitúa la verdadera oportunidad.

La oportunidad del sector agroalimentario frente al cambio climático.

Joaquín Olona en la clausura de la Jornada «Después de París, Aragón. El reto de las emisiones difusas». Zaragoza, 8 de junio de 2016.

La agroalimentación es parte relevante del problema del cambio climático y, por ello, forma parte de la solución. Una doble solución ya que la respuesta agroalimentaria al cambio climático debe hacerse en el escenario de un vertiginoso crecimiento de la demanda de alimentos asociada, a su vez,  al aumento demográfico y la reducción de la pobreza mundial. Todo ello configura, sin duda, uno de los mayores retos que ha afrontado la humanidad.

En el contexto de Aragón se propone el siguiente decálogo:

  1. Mejorar la gestión combinada de la fertilización agrícola y de los estiércoles y residuos ganaderos de modo que se minimicen las emisiones de metano y de óxido nitroso, que,son las principales componentes de la emisión en Aragón.
  2. Mejorar la gestión de los suelos agrícolas aumentando su contenido en materia orgánica extendiendo la agricultura de conservación, que en Aragón. Que los labradores dejen de labrar, o labren menos, implica un importante cambio institucional en tanto en cuanto se trata de un uso y costumbre profundamente arraigado.
  3. Desarrollo de nuevas variedades y adecuación de cultivos a nuevos patrones climáticos incluyendo nuevas estrategias de producción en secano y regadío así como ante las sequías y las inundaciones. Todo ello exige avances técnicos que serán de dudosa eficacia si no se ven acompañados de nuevas fórmulas organizativas y de nuevas políticas públicas basadas en la participación activa de los interesados.
  4. Fortalecimiento de las políticas de sanidad vegetal y animal, para hacer frente a los nuevos riesgos y patologías asociadas a los nuevos patrones climáticos.
  5. Una política del agua más realista y eficaz, sabiendo que en nuestro contexto de fuerte aridez y en un escenario previsiblemente de mayor irregularidad hidrológica la regulación hidráulica así como el regadío son determinantes para nuestro agroalimentario.
  6. Fortalecimiento de la política de seguros agrarios como herramienta más eficaz para la gestión colectiva de los riesgos naturales, que se verán incrementados en el nuevo escenario climático. España ejerce un liderazgo mundialmente reconocido en materia de seguros agrarios que debe ponerse en valor y en acción ante el cambio climático.
  7. Desarrollo de nuevas estrategias comerciales, tanto en el ámbito local y de proximidad como en el global atendiendo a las nuevas pautas de consumo pero, también, a los cambios en la geografía de la producción agrícola y del comercio alimentario mundial, que también se va a ver afectado por el cambio climático.
  8. Reducir el rechazo, el desperdicio y los residuos agroalimentarios evitando que gran parte de los alimentos que producimos acaben en los cubos de la basura. En todo caso es preciso minimizar los residuos agroalimentarios que deben incorporarse, en todo caso, a los nuevos paradigmas de “residuo cero” y de la economía circular asumiendo que los alimentos empiezan y acaban en el suelo.
  9. Continuar con el proyecto AGROCLIMA como acción innovadora orientada a la información y la sensibilización basada en la cooperación y la acción colectiva protagonizada por el propio sector y auspiciada por el Gobierno de Aragón.
  10. Reformar la PAC en profundidad para que sea más justa y eficaz. Debe evitarse que el cambio climático se convierta en una mera excusa oportunista para justificar unas ayudas que tienen su verdadera razón de ser en la insuficiencia de las rentas agrarias. Si persiste el actual enfoque de la PAC o si el nuevo que se adopte no es el apropiado se frenará la contribución de la agricultura a la mitigación del Cambio Climático y, sobre todo, su adaptación.

Para que todo esto suceda es preciso que los actores del sistema agroalimentario, a través de las organizaciones y entidades que los representan, comprendan bien el problema del cambio climático, asuman el protagonismo que les corresponde y apuesten por su solución. Pero no cabe pensar en que lo hagan solos. La ciencia y la técnica son imprescindibles y deben ponerse al servicio del sector; lo mismo que la política y los poderes públicos, que cuentan en el cambio climático y la agroalimentación un reto en el que demostrar su eficacia y utilidad.

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Agroclima: afrontar el Cambio Climático con enfoque innovador.

Joaquín Olona ante el Pleno de las Cortes de Aragón. 3 de Junio de 2016.

El Proyecto Agroclima, cuyos resultados se presentaron en Zaragoza el pasado 20 de abril, ha supuesto un importante paso en el proceso de sensibilización del sistema agroalimentario aragonés en relación con el carácter estratégico que tiene la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero  así como la adaptación al Cambio Climático.

El hecho de que Aragón produzca materias primas alimentarias y alimentos para una población equivalente de unos 12 millones de habitantes (10 veces la población aragonesa) se traduce en que las emisiones de la agricultura y la ganadería representan el 20% de todas las emisiones de la comunidad autónoma, un porcentaje que duplica lo  que el sector agrario representa en las emisiones del conjunto de España. Al mismo tiempo, considerando la importancia de la agroalimentación en nuestra economía y en nuestro desarrollo, se hace necesario promover acciones de adaptación para proteger dicha actividad de los efectos negativos del cambio climático y adaptarla al mismo.

Foto JoaquinOlona Cortes

El fenómeno del cambio climático, tiende a percibirse lejano en cualquier sector de la sociedad y, en todo caso, como una amenaza de futuro. En el sector agrario tiende a contemplarse, además, como una nueva y añadida exigencia ambiental que viene a incrementar la dificultad de su actividad productiva, por lo que la anticipación en la gestión del riesgo vinculado a los efectos negativos del cambio climático no resultaba fácil de introducir.  Sin embargo, el Proyecto Agroclima, que ha contado con una metodología de trabajo novedosa protagonizada por los propios actores que lideran en el sector, ha logrado que estos hayan llegado por sí mismos a comprender el reto de la reducción de emisiones GEI y la adaptación al Cambio Climático, no como el riesgo de una nueva exigencia administrativa que asumir sino como una fuente de innovación, como un nuevo factor de competitividad y liderazgo o como un escenario de cooperación.

Con el proyecto Agroclima  Aragón se adelanta a las acciones que, en materia de agricultura y cambio climático, pretenden impulsarse desde las instituciones europeas. Unas iniciativas que se enmarcan en el ámbito de las llamadas “emisiones difusas”, que es precisamente el ámbito de prioridad por el que apuesta el Gobierno de Aragón.

Conviene saber que el transporte, la agricultura, el sector residencial, el comercial y el institucional junto con la industria no sometida al régimen europeo de comercio de emisiones (EU ETS), suponen prácticamente la mitad de las emisiones de GEI y su reducción está siendo menor, más difícil y complicada que la de los sectores regulados.

Este ámbito de las emisiones difusas y su vinculación al cambio climático plantea un importante reto: el modo en que, tanto colectiva como individualmente, han de abordarse las acciones necesarias para lograr una economía baja en carbono, para transformar nuestro sistema agroalimentario, para proteger el sustento para la vida que nos brinda la Naturaleza y proporcionar a todos el acceso a un trabajo digno y una protección social adecuada. Esto es lo que hace unos pocos días hacían público un grupo de “sabios” mediante un manifiesto relativo al Acuerdo de París sobre Cambio Climático así como al de Nueva York relativo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Cambio Climático y Agroalimentación.

Joaquín Olona en la apertura de la Jornada de presentación de los resultados del Proyecto Agroclima. 20 de Abril de 2016.

La cooperación resulta clave en la configuración de las nuevas reglas, incentivos y restricciones en las que debe traducirse la política de mitigación y adaptación al Cambio Climático. La agricultura y la alimentación forman parte de la solución de lo que sin duda es el principal reto que afronta la humanidad. Los avances técnicos son imprescindible pero no serán eficaces si no van acompañados de nuevas fórmulas organizativas y de nuevas políticas públicas entre las que la PAC debe jugar un papel preponderante.

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Acuerdo de Paris

John Nash y el agua.

Publicado por Joaquín Olona en iagua (8-07-2015)

John Nash (13-06-1928), Nobel de Economía (1995) y premio Abel de Matemáticas (2015) popularizado por la película “Una mente maravillosa” (2002), falleció el pasado día 23 de mayo junto a su esposa en un accidente de tráfico. Su contribución a la teoría de juegos es muy relevante para la gobernanza de los recursos que, como el agua, no responden necesariamente a los postulados del mercado.

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El reto del asesoramiento agroalimentario en Aragón.

Publicado por Joaquín Olona en AgroNegocios (22-05-2015).

Los agentes más destacados del sector agroalimentario aragonés deben afrontar el reto que supone organizar un verdadero sistema de extensión agraria al servicio de los agricultores y de las empresas. La agroalimentación aragonesa, al igual que la del resto de España, debe hacer frente al grave deterioro que sufre su productividad buscando soluciones en la gestión del conocimiento. La nueva programación con cargo al Feader ofrece posibilidades financieras pero son los agentes del sector quienes deben esforzarse en buscar soluciones que permitan aprovecharlas con eficacia.

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