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Energía renovable y cambio climático.

Joaquín Olona en la presentación del proyecto LIFE+ REWIND en la bodega Viñas del Vero. Barbastro (Huesca), 9 de noviembre de 2016.

El argumento del agotamiento de los recursos naturales, en particular del petróleo y del gas natural, no ha servido para impulsar las energías renovables. Quizás porque este tipo de enfoques maltusianos, catastrofistas y alarmistas, a juzgar por los hechos conocidos, sean cuestionables.

Sin embargo, la necesidad de reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, es decir las limitaciones que impone la atmósfera en su contenido en anhídrido carbónico, óxido nitroso, metano y otros, configuran un escenario muy favorable para el definitivo desarrollo de las energías renovables, siendo de hecho un factor  clave para la mitigación del cambio climático.

Así, muy probablemente, el futuro energético será renovable o no será. No porque se agoten los combustibles fósles, cuyas reservas conocidas no hacen más que aumentar, sino porque su utilización conduce a escenarios térmicos que amenazan la supervivencia de la propia humanidad.

Las soluciones a la descarbonización de la economía y la mitigación del cambio climático cabe esperarlas, sobre todo, de las actuaciones en los llamados sectores difusos (agricultura, PYMES, transporte, vivienda, comercio, etc.) que es donde más y mejor cabida tienen las tecnologías fotovoltaicas, eólicas, del hidrógeno o de las pilas de combustible. No sólo porque las emisiones difusas suponen casi las dos terceras partes de las emisiones totales sino porque, además, implican decisiones individuales de las que dependen los cambios de comportamiento colectivo que se necesitan.

Lo que cada uno de nosotros hacemos o dejamos de hacer en nuestra esfera individual y profesional no sólo importa sino que es determinante. Porque  somos las personas las que tomamos las decisiones en todos los ámbitos económicos, sociales, ambientales y políticos.

 

Formación Profesional Agraria para una Agricultura del Conocimiento.

Joaquín Olona en la firma de convenio de colaboración entre el Departamento de Educación, Cultura y Deporte y el de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón. San Blas (Teruel), 11 de Noviembre de 2016.

Los retos económicos, sociales y ambientales que plantea la agricultura sólo pueden abordarse a través del conocimiento. Ello implica agricultores más y mejor formados, lo que también resulta esencial para prestigiar la profesión de agricultor en el contexto de la sociedad de la información y del conocimiento.

En estos momentos, ni siquiera el 20% de quienes se incorporan al sector tienen la formación agraria adecuada. En el caso de los beneficiarios de las ayudas a la modernización de explotaciones dicho porcentaje todavía es menor.

No es suficiente con que nuestros jóvenes se incorporen a la agricultura, es imprescindible que cuenten con la formación adecuada. Para ello es imprescindible ofrecer ciclos formativos que se ajusten a las necesidades del sector, en particular de las explotaciones familiares agrarias. Todo ello en coherencia con el carácter estratégico que otorgamos a la agroalimentación en Aragón.

La formación y el conocimiento también resultan esenciales para lograr que las ayudas públicas a la agricultura tengan una aplicación mucho más justa y eficaz. Así,desde el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad queremos dar más peso al criterio de formación profesional agraria en la aplicación de las ayudas a la incorporación así como a las de modernización de explotaciones. También queremos potenciar las ayudas destinadas al desarrollo de proyectos relacionados con la innovación, el conocimiento y su transferencia.

 

Las lonjas agropecuarias.

Joaquín Olona en la constitución del Consejo Asesor de la Lonja Agropecuaria del Ebro. Zaragoza, 7 de Noviembre de 2016.

Siendo prácticamente imposible restaurar una política agrícola de precios y mercados agrícolas en la Unión Europea, el fortalecimiento de las Lonjas merece considerarse como una herramienta eficaz para afrontar la insuficiencia de los precios agrícolas así como su volatilidad.

En la necesaria profundización de la adaptación de la agricultura al mercado y a las condiciones de competencia, es preciso garantizar la transparencia en la formación e información de los precios.

Tal y como señala la teoría económica (neoclásica) los precios resultantes del equilibrio entre la oferta y la demanda sólo conducen a la asignación eficiente de los recursos si, entre otras condiciones, se asegura que todos los agentes participan en el mercado en las mismas condiciones de acceso a la información.

Apostar por unas lonjas fuertes, representativas, prestigiosas y fiables equivale a hacerlo por unos precios agrícolas más estables y justos, lo que no impide reivindicar ayudas a las rentas de los agricultores a través de una PAC que urge mejorar. Porque no puede asegurarse que los mercados sean capaces de remunerar justa y adecuadamente todos los factores de la producción agrícola, en particular el trabajo de los agricultores.

Cooperar para generar más valor y repartirlo mejor en la cadena alimentaria.

Joaquín Olona en la inauguración de la muestra de Alimentos «Made in Aragón» organizada por la Asociación de Industrias de Alimentación de Aragón en el Hipercor del centro comercial Grancasa. Zaragoza, 10 de octubre de 2016.

Para lograr una cadena alimentaria que reparta de forma más equitativa entre sus agentes el valor que genera, remunerando de forma más justa a los productores, es preciso apelar a la responsabilidad de todas las partes, también de los consumidores que son los que, con sus decisiones de compra, acaban determinando la orientación del sistema agroalimentario.

Es preciso abandonar la idea de que la distribución y el comercio son los únicos responsables de los desajustes que sufre la cadena alimentaria en relación con un valor que se genera en todos sus eslabones. También es preciso aludir a la eficiencia, que incluye la competitividad del conjunto del sistema agroalimentario. Porque no puede repartirse el valor que previamente no se crea.

Para que la agroalimentación aragonesa sea lo que debe ser y lo que merece, contribuyendo con ello al crecimiento económico, al desarrollo y al empleo, es necesario profundizar en la cooperación entre todos sus agentes.

La cooperación debe aplicarse también en materia de promoción. La colaboración entre la Asociación de Industrias de Alimentación de Aragón e Hipercor es un buen ejemplo de como trasladar los mensajes de los productores de alimentos a los consumidores, a través de un cetro comercial. Se traduce en un espacio permanente de unos 30 m2 de superficie en el que está representada una selección de casi 400 referencias de más de 60 proveedores. Esta exposición se irá ampliando y renovando constantemente para dar entrada a nuevas referencias y favorecer el lanzamiento de nuevos productos, al tiempo que será un espacio vivo con promociones y degustaciones.

 

El porcino aragonés en la vanguardia mundial.

Joaquín Olona en la inauguración de la Granja Valseca de la Cooperativa Virgen del Rosario de San Mateo de Gállego, 8 de Octubre de 2016.

Hasta hace pocos años, para ver la tecnología porcina más avanzada, había que salir de España. En estos momentos, si se quiere conocer la vanguardia tecnológica del sector porcino hay que venir a Aragón.

Siendo muy importante el desarrollo tecnológico como base de la competitividad y, por tanto, de la sostenibilidad económica, lo es todavía más, si cabe, la sostenibilidad social y ambiental que, con carácter vanguardista y basado en la cooperación, también aportan los nuevos proyectos que se están desarrollando en Aragón.

El Grupo Alendi, con 7.500 cerdas de cría distribuidas en dos explotaciones ubicadas en Almudévar y San Mateo de Gállego supone la incorporación de la economía social a la producción porcina, que es la principal componente de la producción final agraria aragonesa. Un proyecto que también es una muestra de economía circular en la medida que los purines obtenidos son utilizados como fertilizantes agrícolas.

La sostenibilidad económica, social y ambiental es la clave para afianzar el liderazgo que ya ejerce Aragón en el sector porcino, sin duda el más competitivo del panorama agroalimentario internacional.

La Carpa del Ternasco: un clásico de las Fiestas del Pilar.

Joaquín Olona en lainauguración de la Carpa del Ternasco. Zaragoza, 7-10-2016.

El «Ternasco de Aragón» no sólo es el producto estrella de la ganadería ovina sino que forma parte de nuestras señas de identidad y es un elemento sobresaliente de nuestra gastronomía. Al igual que es difícil imaginar Aragón sin «ternasco», ya no cabe pensar en unas fiestas del Pilar  sin la «Carpa del Ternasco», que este año celebra su décima edición. Se trata de un ejemplo excelente de promoción agroalimentaria innovadora que ha sabido posicionarse con visibilidad destacada en una de las citas festivas más importantes de España y de Hispanoamérica.

La ganadería ovina mantiene con el territorio uno de los pactos más antiguos y fructíferos que se puedan conocer. Sin embargo, presenta importantes dificultades y amenazas que, en vez de ser atenuadas y compensadas se ven acentuadas por un Política Agrícola Común (PAC) que maltrata a este sector. Prueba de ello es la preocupante reducción del censo ovino durante los últimos años, una situación que sólo puede revertirse mediante una reforma en profundidad de la PAC, tal y como proponemos desde el Gobierno de Aragón.

El «Ternasco de Aragón», que fue la primera Indicación Geográfica Protegida (IGP) reconocida en España para carne fresca, ofrece reconocimiento, valor añadido y utilidad, más allá de su mera conservación, a las razas autóctonas que sostienen su producción.

La Carpa del Ternasco es posible al esfuerzo, el cariños  y la ilusión del Grupo Pastores y de la IGP, que configuran uno de los mejores y más destacados ejemplos de lo que es posible lograr, incluso es un sector tan difícil como es el ovino, cuando se combina con inteligencia la cooperación y la innovación. Dos ejes imprescindibles que es preciso combinar e impulsar para lograr que la agroalimentación aragonesa sea lo que merece y lo que todos esperamos de ella.

Regadío y adaptación al cambio climático.

Joaquín Olona en la clausura de la Jornada anual de Riegos de Alto Aragón. Huesca, 6 de Octubre de 2016.

En nuestro contexto agroclimático el mejor remedio contra la sequía es el regadío, cuya modernización y ampliación debemos contemplar ya como una  herramienta clave para la adaptación al cambio climático. También lo es la regulación, y en particular, la del río Gállego ya que la acentuación de la de por sí elevada irregularidad pluviométrica de la cuenca del Ebro debe afrontarse con la ampliación de la capacidad de embalse anual e hiperanual, es decir, haciendo cuanto antes y de una vez Biscarrués y Almudévar, que son imprescindibles para el desarrollo de Aragón como también lo es el Recrecimiento de Yesa o Mularroya. Esta es la posición oficial del Gobierno de Aragón.

Nuestra situación presupuestaria no puede frenar el desarrollo del regadío, ni su modernización ni su ampliación. Todo lo contrario, esté sirviendo para reorientar la política en materia de agua y regadío, que también debe modernizarse haciéndola coherente con nuestra realidad y situando a las Comunidades de Regantes en el foco del proceso de innovación institucional que promovemos desde el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad.

En Aragón, el regadío es una componente esencial de la inversión, de la generación de valor añadido, del empleo y, por tanto, del crecimiento económico y del desarrollo. Prueba de ello son los 218 millones € de inversión en los que se ha traducido la respuesta de las Comunidades de Regantes a la reciente convocatoria de ayudas para la modernización, de los cuales 179 millones € corresponden a la provincia de Huesca.

Pero si la modernización del regadío es importante, su ampliación todavía lo es más por ser mayor su impacto sobre la generación de empleo y la producción. Para ello también trabajamos en un nuevo marco de financiación donde las Comunidades de Regantes también deben ser protagonistas.

El Plan de Riegos del Alto Aragón, después de cien años, debe completarse en lo que en el corto y medio plazo es posible lograr. Ello exige ejecutar Biscarrués y Almudévar al tiempo que se articulan las medidas necesarias para regar lo antes posible, al tiempo que se aportan incentivos adicionales para la defintiva regulación del Gállego, los sectores VIII, XIII así como los dependientes de la Balsa de Ontiñena y del Sifón de Cardiel.

 

Sostenibilidad de las zonas de montaña.

Joaquín Olona en la apertura del III Foro por la Sostenibilidad del Pirineo. Sallent de Gállego (Huesca), 4 de octubre de 2016.

La sostenibilidad, en su triple dimensión económica, social y ambiental, también debemos entenderla como un reto ético en la medida que afecta a las personas.

La despoblación es, sin duda, el principal factor de la insostenibilidad de las zonas rurales y, especialmente, en las zonas de montaña.  Obedece a una dinámica difícil de combatir dada la tendencia demográfica global a favor de las ciudades determinada, a su vez, por el empleo y los servicios. Esta tendencia justifica y exige la aplicación de políticas públicas en favor de la sostenibilidad de las zonas rurales y, en particular, de las zonas de montaña atendiendo a sus características específicas que condicionan y limitan su accesibilidad, la actividad económica y la oferta de servicios.

Todas las políticas públicas deben implicarse en el desarrollo rural, que es el marco político desde el que afrontar los retos sociales, económicos y ambientales que plantean las zonas de montaña. La educación y la sanidad así como las acciones en favor de la igualdad y la lucha contra la discriminación son determinantes.

No obstante, hay que hacer referencia a la PAC, que sigue siendo la primera política comunitaria si atendemos al presupuesto. Una política que viene demostrando su ineficacia e inequidad, sobre todo e su aplicación en España donde la reciente Reforma dejó todo igual (de mal) que estaba.

La ganadería extensiva, que es la que ha modelado el paisaje y la cultura pirenaica, viene siendo maltratada por la PAC como consecuencia de los derechos históricos, el desacoplamiento y los nuevos pagos por hectárea. También por la perversión que implica considerar el cebo intensivo de vacuno como ganadería extensiva. La regresión ganadera determina pérdida de pastos con consecuencias ecológicas preocupantes que afectan a los incendios y al régimen hidrológico como consecuencia de los cambios del uso del suelo así como a la pérdida de actividad económica.

Para combatir estas y otras anomalías es imprescindible cambiar la PAC en profundidad tal y como proponemos desde el Gobierno de Aragón. También es preciso una mayor y más decidida apuesta en favor del enfoque territorial de su Segundo Pilar dedicado al desarrollo rural, especialmente de las zonas de montaña tal y como ya hemos hecho este año en Aragón duplicando el importe de las Indemnizaciones Compensatorias en dichas zonas.  También es preciso mejorar las medidas agroambientales, cuya aplicación debe priorizarse en favor de las zonas de más alto valor natural que, por lo general, tienen mucho que ver con las zonas de montaña y, sobre todo, con los espacios naturales protegidos. Unos espacios donde es preciso potenciar la participación de la población local así como el papel de la Administración que debe adaptarse al escenario social, económico y político vigente. Una adaptación que también es un factor relevante de sostenibilidad.

 

Cambio climático y acción individual.

Joaquín Olona en la recepción a la Caravana por el Clima. Zaragoza, 3 de octubre de 2016.

Lo que hacemos o dejamos de hacer las personas, a escala individual, importa mucho en relación con el medio ambiente y, muy particularmente, con la mitigación y adaptación al Cambio Climático. Es en las acciones y las decisiones individuales, más que las gubernamentales, donde posiblemente están las soluciones a los grandes problemas ambientales del Planeta. Porque somos las personas las que, con nuestras decisiones personales y profesionales, condicionamos no sólo el comportamiento en nuestro círculo inmediato sino, también, el de las empresas, organismos e instituciones.

La Caravana Universitaria por el Clima es un proyecto que tiene por objeto sensibilizar a mayores y pequeños sobre la protección del medio ambiente. En las siete ediciones anteriores la Caravana ha visitado 34 municipios aragoneses, además de las ciudades de Logroño y Pamplona, a las que se sumará este año Lérida.

Innovación y razas autóctonas.

Joaquín Olona en la inauguración de la 124 edición de la Feria de Cedrillas (Teruel). 1 de octubre de 2016.

Las razas autóctonas no sólo configuran un importante acervo genético sino que también forman parte de nuestro patrimonio cultural ya que son el reflejo de nuestra propia adaptación secular al medio y de su aprovechamiento sostenible. Tenemos, por tanto, la obligación de conservarlas pero también de mejorarlas evitando la interrupción del proceso de adaptación en el que radica su razón de ser.

La conservación de nuestras razas contribuyen a la conservación de la biodiversidad agraria que, en sí misma, es un bien común y de interés general. Pero al igual que las tradiciones a las que están ligadas las propias razas, su conservación es cuestionable si al mismo tiempo no somos capaces de adaptarlas a su entorno físico pero también a las condiciones sociales y económicas propias de nuestro tiempo. Ello da pie a la innovación, no sólo tecnológica para  mejorar su productividad, sino también institucional. Porque el apoyo público de la que son y deben ser objeto las razas autóctonas también debe adaptarse, como hacemos desde el Gobierno de Aragón, al marco jurídico-administrativo vigente.

Las ayudas públicas de las que son objeto las razas no puede concebirse ni tratarse como un fin en sí mismo. Por el contrario, son una herramienta que debe servir para incentivar el proceso de conservación y adaptación antes comentado. Un proceso que debe incluir objetivos específicos de mejora, medibles y verificables. Porque tratándose de fondos públicos, no sólo tenemos que garantizar su correcta aplicación sino que también debemos ser capaces de explicar con claridad y credibilidad a la sociedad el valor añadido que generan las ayudas aplicadas. De no hacerlo, corremos el riesgo es perderlas.

De hecho, sabemos que la ilusión de los ganaderos que verdaderamente lo son nunca es cobrar subvenciones sino mejorar su ganado haciéndolo más productivo.