Política del agua y medio ambiente.

Publicado por Joaquín Olona en Heraldo de Aragón. 

Los poderes públicos tienen la obligación de  proteger y mejorar los recursos hidrológicos y los ecosistemas asociados porque de ello depende nuestro desarrollo y bienestar así como el de nuestros descendientes.

La calidad de los cursos  fluviales  y de las masas de agua, en nuestro contexto fuertemente antropizado, se ve condicionada por las actividades económicas y los servicios que sustentan nuestra sociedad. La sostenibilidad de estas actividades y servicios exige compatibilizar sus efectos sobre el medio ambiente, y en particular sobre el sistema hidrológico, con los estándares de calidad ambiental preestablecidos. Un proceso que  genera conflictos inevitables que, necesariamente, conducen a la política, entendida esta como la toma de decisiones sobre conflictos de interés colectivo con carácter vinculante, es decir, con intención de obligar.

La extrema irregularidad hidrológica del dominio mediterráneo hace que la fijación de caudales ecológicos así como del resto de parámetros y criterios que definen el buen o mal estado de las masas de agua reviste una enorme complejidad, de hecho inabordable desde presupuestos exclusivamente técnicos. Los dilemas que se derivan, fruto de la confluencia de intereses económicos, sociales y ambientales, solo permiten soluciones imperfectas cuya estabilidad depende de la solidez y amplitud de los acuerdos políticos y de los fundamentos técnicos en las que se sustentan.

Es preciso revisar la idea de cuenca excedentaria, particularmente cuando los caudales son tan irregulares como los del Ebro, que a su paso por Zaragoza puede no alcanzar los 100 m3/segundo o superar los 4.000 m3/segundo. En todo caso hace falta garantizar que los ríos desemboquen en el mar, comprendiendo que las aguas que llegan al mar no son un desperdicio o que las crecidas y avenidas fluviales forman parte del ciclo natural. Todo ello es necesario para que los ríos sigan siéndolo lo que no impide exigir coherencia con su régimen hidrológico natural.

También es preciso revisar la invocación de la solidaridad como justificación de los trasvases. Porque la distribución de los recursos naturales no es justa ni injusta. Invocar la solidaridad para trasvasar agua pierde su sentido cuando pretende aplicarse a territorios desarrollados, similares en su configuración socioeconómica. Cada territorio debe aprovechar sus propios recursos que, naturalmente, son diferentes y que, por serlo, configuran especializaciones económicas distintas. Una especialización que ningún territorio debería lograr a expensas de los recursos de otro.

La política del agua no puede reducirse a la política hidraúlica, es decir a la planificación y gestión de las infraestructuras de regulación y transporte necesarias para que el agua sea un recurso accesible y nuestra sociedad cuente con los niveles de seguridad hídrica que necesita. Una política -la hidráulica- que refleja una de las primeras asociaciones entre dos ámbitos todavía excesivamente alejados entre sí como son la política y la técnica. Una política forjada en Aragón, donde también siempre se ha cuestionado y ahora demonizado, pero que debe valorarse en la justa medida que la necesitamos. Porque la llamada política de gestión de la demanda, basada en el ahorro y la eficiencia, siendo necesaria no es suficiente para cubrir nuestras expectativas de desarrollo económico y bienestar social, sobre todo del medio rural.

El agua no solo es un recurso natural que proteger y mejorar, también es un bien económico que debemos saber utilizar.  Razón ésta por la que la política del agua tampoco es reducible a la política ambiental y es preciso coordinarla mejor con otras políticas fundamentales como son la energética, la agrícola, la de desarrollo rural o la de cambio climático.

Hacia una PAC más justa y eficaz.

Por Joaquín Olona. Consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón.

La reforma en profundidad que se propone centra la ayuda directa de la que es objeto el Primer Pilar de la PAC en la renta personal de los beneficiarios, eliminando los derechos históricos, los pagos por superficie así como la regionalización productiva.

Se propone  incluir a todos los profesionales de la agricultura y de la ganadería, con independencia de su orientación productiva, eliminando las discriminaciones territoriales, sectoriales o de cualquier otra índole que hacen ahora de la PAC una política ineficaz e injusta.

Se prima la buena gestión de las explotaciones incentivando la profesionalidad, la dimensión económica y la productividad. Todo ello con la vista puesta en una agricultura productiva y sostenible que, en el marco del modelo familiar y  de la actividad vinculada al territorio, resulte atractiva para los jóvenes y las mujeres, contribuya a la economía y al empleo así como a la mitigación de la emisiones de Gases de Efecto Invernadero y la adaptación al cambio climático.

La PAC vigente en España, resultado de una aplicación de la Reforma que sólo ha buscado dejarlo todo como ya estaba antes, perjudica a la agricultura. Porque los derechos históricos dificultan la incorporación y la consolidación de los jóvenes en la actividad agraria, Además, ese determinismo histórico impide que los agricultores y ganaderos que tradicionalmente no han tenido ayudas puedan llegar a tenerlas; por ejemplo, es el caso de los fruticultores. Los pagos por superficie se han convertido una amenaza para la ganadería extensiva, sobre todo en las zonas de montaña donde los ganaderos están encontrando serias dificultades para justificar una actividad que han desarrollado tradicionalmente.

Se propone el establecimiento de una renta agraria de referencia respecto de la que compensar la renta agraria individual realmente obtenida. La renta de referencia se corrige en función del grado de profesionalidad agraria de los beneficiarios. La compensación de la renta se corrige en función de la dimensión de la explotación acreditada por el beneficiario así como de la eficiencia productiva incentivando con ello el uso eficiente de los recursos y penalizando la ociosidad de los mismos. La ayuda queda condicionada en todo caso al cumplimiento de exigencias agronómicas, ambientales y sociales que refuerzan la legitimidad de la ayuda pública asignada.

La propuesta supone una importante simplificación basada en la integración y coordinación del sistema de declaración y control de la ayuda con el sistema fiscal, eliminando el exceso de burocracia que abruma a los agricultores y supone un elevado coste para todos.

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Sobre política agrícola en el siglo XXI.

Conferencia de Joaquín Olona en la Lonja Agropecuaria del Ebro. Zaragoza,  9 de Mayo de 2016.

La inestabilidad de los precios agrícolas y su caída a largo plazo es consecuencia de la propia naturaleza económica de la oferta y de la demanda agroalimentaria.

Pretender modificar directamente este comportamiento del mercado mediante  medidas de política agrícola no es recomendable.

Es mejor asumir y entender el funcionamiento del mercado agroalimentario favoreciendo que funcione como tal, y actuar sobre sus consecuencias desfavorables sobre la renta de los agricultores así como sobre otros factores estructurales que determinan dicha renta como son la productividad del trabajo, la profesionalidad, la dimensión económica de las explotaciones, la transferencia del conocimiento y la innovación.

Se requiere una política agrícola que ayude a lograr una agricultura más productiva y más coherente e integrada con el mercado, con la economía y la sociedad, con el conocimiento y con el medio ambiente.

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Mujeres y desarrollo rural.

Intervención de Joaquín Olona en la inauguración de la Feria de Otoño de Biescas (Huesca). 17 de Octubre de 2015.

Biescas no solo ha sabido mantener su feria tradicional sino que la ha sabido potenciar y adaptar a los nuevos tiempos convirténdola en un referente comercial y turístico del Alto Aragón. Una zona en la que la mujer, en la que en este año se centra la atención, ha ejercido y sigue ejerciendo un papel primordial.

La mujer sigue enraizando las familias al territorio y, por ello, sigue dependiendo de ella la evolución demográfica de las zonas rurales, particularmente, la de las áreas de montaña y más desfavorecidas.

Las mujeres, por lo general, promueven proyectos agroalimentarios y negocios rurales  más ambiciosos y de mayor valor añadido. Pero todavía son muy pocas las explotaciones y negocios rurales promovidos y dirigidos formalmente por mujeres que, además, presentan mayores dificultades de continuidad, sobre todo en las zonas de montaña y desfavorecidas.

Sin embargo, la influencia y apoyo de las mujeres suele resultar determinante en la promoción y evolución de unos negocios rurales en los que participan  habitualmente con notable esfuerzo y sacrificio. Una condición que sigue mostrándose invisible, cuando no infravalorado por nuestra sociedad. Una situación que exige resolverse avanzando con más rapidez y decisión hacia una verdadera igualdad.

Necesitamos que la mujer se incorpore como verdadera agricultora y empresaria en el mundo rural evitando que la prioridad con la que, en materia de ayudas, ya cuenta se tergiverse para otros fines que también perjudican a las mujeres y que impiden avanzar hacia esa verdadera igualdad que urge alcanzar.

 

Retos del regadío.

Ponencia de Joaquín Olona en la XVII Jornada Informativa de Riegos del Alto Aragón. Huesca, 14 de octubre de 2015.

Salvo excepciones puntuales, la escasez de agua en la cuenca del Ebro no es consecuencia del uso abusivo e insostenible sino de la insuficiente dotación de infraestructuras de regulación y transporte. Esta insuficiencia tampoco obedece a razones de sostenibilidad sino que más bien es consecuencia de una política que propicia el conflicto y la confrontación más que el diálogo y el acuerdo. Es preciso saber y admitir que sin obras de regulación no tendremos agua con la seguridad física y jurídica que necesitamos.

Sin cuestionarla, debe aceptarse que la modernización de regadíos no ahorra necesariamente  agua en el conjunto de la cuenca. Aunque aumenta la eficiencia de riego en parcela, la intensificación productiva imprescindible para rentabilizar las elevadas inversiones exigidas por la modernización tiende a aumentar el consumo de un recurso que no nos falta.

El enfoque de la vigente política de regadíos, exclusivamente basada en el ahorro de agua, es completamente desacertada en la cuenca del Ebro y debe reorientarse si queremos  ser coherentes con la realidad y con nuestros propios intereses económicos, sociales y ambientales.

La política de regadíos exige innovarse para avanzar teniendo en cuenta que:

  • Los recursos financieros públicos son insuficientes para  atender incluso las necesidades más prioritarias si se mantiene el marco vigente, que nunca ha permitido avanzar al ritmo deseable.
  • Las ayudas públicas deben aplicarse en la forma y cuantía que sirvan para incentivar el desarrollo de proyectos rentables, no para sacar adelante los que no lo son y que terminan perjudicando al sector.
  • Evitar costes de inversión en modernización y creación de regadíos excesivos y desproporcionados, que se han generalizado de forma preocupante.
  • No sólo deben modernizarse las infraestructuras de riego, también deben hacerlo las comunidades de regantes, que no sólo deben atender al uso eficiente de los caudales sino a la calidad de las masas de agua.
  • Fortalecer las comunidades de regantes, que deben desempeñar un papel técnico, administrativo y financiero más activo y directo en el desarrollo de los proyectos.
  • Un nuevo papel para la administración pública de modo que su apoyo de sea eficaz.

La política de regadíos exige innovar la política y la gobernanza del agua de modo que:

  • Integre de forma más realista y coherente las políticas agrícola y energética.
  • Integre de forma equilibrada la política hidráulica (oferta) abandonando enfoques exclusivamente basados en la gestión de la demanda (ahorro).
  • Diferencie entre escasez física (ausencia de agua) y económica (insuficiencia de infraestructuras).
  • Considere que el agua es un bien de naturaleza económica común y que el logro de la eficiencia exige instituciones distintas del mercado y del Estado.
  • Potencie las comunidades de usuarios  que son a su vez, si se les dota de los incentivos adecuados, la clave para garantizar  la gestión pública del agua, evitando su privatización y asegurando de la participación efectiva y responsable de los usuarios.
  • Incentive el uso eficiente de los caudales al tiempo que la protección de la calidad de las aguas (eco-eficiencia).
  • Aplique definitivamente las reglas de juego comunitarias donde las exigencias conviven con las excepciones debidamente justificadas.

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Agua, comida y energía.

Conferencia impartida por Joaquín Olona en la apertura del curso académico 2015-2016 del Instituto Agronómico Mediterráneo de Zaragoza (IAMZ). 28 de septiembre de 2015.

Probablemente, la principal amenaza de la humanidad no sea la escasez de recursos naturales sino el subdesarrollo institucional. Entendido éste como la configuración de normas y comportamientos que rigen la vida colectiva pero que no generan los incentivos necesarios para promover un verdadero desarrollo ni crean las restricciones adecuadas que impiden hacer lo que a todos perjudica.

Se impone así la necesidad de abandonar de una vez el paradigma maltusiano, basado en el agotamiento apocalíptico de los recursos, y afrontar la búsqueda de normas y comportamientos colectivos que generen incentivos y restricciones coherentes con el desarrollo.

Los avances tecnológicos son imprescindibles pero no serán suficientes para afrontar los retos de nuestro tiempo si no van acompañados de profundos cambios e innovaciones institucionales. Unos avances que deben impulsarse desde la política y que deben conducir a una nueva gobernanza de los ciclos del agua, del carbono y del nitrógeno, de la tierra y de los ecosistemas, de la agricultura y la alimentación, de la energía, de la ciencia y la tecnología, del capital y de la sociedad.

En el siglo XX la humanidad dio pasos de gigante gracias a los avances científicos, que no cesarán en el el XXI sino que se potenciarán gracias a los avances institucionales que sin duda se producirán.

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Otra vez Biscarrués.

Publicado por Joaquín Olona en Heraldo de Aragón, 24 de junio de 2015.

Paralizar de nuevo el embalse de Biscarrués, proyectado en el río Gállego, no contribuye necesariamente al bienestar del conjunto de la sociedad, es decir, al interés general. Al igual que los intereses económicos son particulares cuando los beneficios se circunscriben a un grupo social limitado lo mismo cabe decir respecto de los intereses ambientales cuando no están legitimados por la mayoría social.

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Hacia una agricultura más eficiente y sostenible a través del conocimiento.

Ponencia de Joaquín Olona presentada en el Aula de Medio Ambiente Urbano «La Calle Indiscreta». Zaragoza, 16 de junio de 2015. 

Alimentar el Planeta sin causarle daños irreversibles se ha calificado como uno de los retos más difíciles de la humanidad (J.A. Foley, 2012). Es necesario que todas las agriculturas sean
más ecológicas haciendo un uso más eficiente y sostenible de los recursos, reduciendo su impacto y adaptándose al nuevo escenario climático.

La competitividad y la productividad no deberían enfrentarse con la sostenibilidad porque son criterios de eficiencia y, además, difícilmente podrá lograrse una agricultura ambientalmente sostenible sin asegurar la viabilidad (sostenibilidad) económica y social.

El papel de los consumidores resulta determinante porque con sus decisiones de compra determinan los modelos productivos prevalentes. Su disposición a pagar debe basarse en argumentos sólidos con independencia de que sean objetivos, emocionales o ideológicos.

Para avanzar hacia la eficiencia y la sostenibilidad agroalimentaria es necesario mejorar la información en todos lo ámbitos y el conocimiento de todos los agentes, consumidores incluidos. La Alianza Agroalimentaria Aragonesa es una inciativa de cooperación que, trabajando con este enfoque, pretende mejorar la comunicación entre los agentes del sector y del sector con la sociedad.

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Los transgénicos a debate.

Ponencia de Joaquín Olona en la Mesa-Debate organizada por el Consejo de Protección de la Naturaleza de Aragón el 16 de junio de 2015.

  • Los cultivos transgénicos  no conllevan riesgos sustancialmente distintos de los que presentan los cultivos convencionales.
  • No existen evidencias científicas concluyentes sobre daños a la salud ni al medio ambiente causados por los cultivos transgénicos.
  • Pero no pueden descartarse efectos negativos hasta ahora no observados ni puede aspirarse a la certeza sobre una inocuidad absoluta que tampoco existe para los cultivos convencionales. La ciencia no puede declarar la inocuidad de ninguna tecnología.
  • El flujo de transgenes a cultivos y a la flora salvaje, que se produce, se traduce en   problemas legales relacionados con los derechos de propiedad de los propios  transgénicos y las regulaciones de los cultivos y alimentos no transgénicos.
  • La transgénesis puede ser una herramienta muy útil para mejorar la agricultura  si se abordan problemas relevantes tales como  resistencia a sequía, plagas y enfermedades, aumento del valor nutricional, reducción de plaguicidas, etc.
  • Sustituir la confusión por la información, que debe dejar de ser deliberadamente sesgada, interesada y confusa.
  • Desde un punto de vista estrictamente técnico las decisiones sobre la regulación de los cultivos transgénicos deberían tomarse caso a caso en función de la evidencias científicas. No obstante, se requieren decisiones políticas que no pueden ser ajenas a otros criterios de naturaleza ideológica y emocional que, en su caso, deben explicarse a la sociedad.

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NOTA: Para ver con más detalle la historia del desarrollo del arroz dorado en relación con la la donación de la patente para fines humanitarios y su explotación en países industrializados ver http://www.pararelmundo.com/informe-ing-potrykus-arroz-dorado

John Nash y el agua.

Publicado por Joaquín Olona en iagua (8-07-2015)

John Nash (13-06-1928), Nobel de Economía (1995) y premio Abel de Matemáticas (2015) popularizado por la película “Una mente maravillosa” (2002), falleció el pasado día 23 de mayo junto a su esposa en un accidente de tráfico. Su contribución a la teoría de juegos es muy relevante para la gobernanza de los recursos que, como el agua, no responden necesariamente a los postulados del mercado.

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