RESPUESTA A BERENGUER (J. Olona. CincoDias, 5-5-2010)

El Presidente de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC),  D. Luis Berenguer, publicó en Cinco Días, el pasado 19 de abril, un artículo titulado “Visados Profesionales”. Por razones de brevedad, y por considerarla ofensiva además de falsa, me limitaré a rebatir únicamente la afirmación relativa a que “el modelo vigente permite a las élites colegiales mantener su statuts a costa de retraer ingresos de sus propios colegiados y encarecer los proyectos”.

Semejante disparate dice poco sobre el conocimiento que se le supone a la CNC en relación con la cuestión que pretende regular y que, entre otras, hace referencia al visado que otorgan los colegios de las diferentes ingenierías y de la arquitectura. Sepa el Sr. Berenguer que quien suscribe, miembro de esa supuesta élite colegial que estaría parasitando a sus compañeros de profesión, ejerce su cargo de Decano de forma absolutamente desinterasada y gratuita, al igual que el resto de los miembros de la Junta de Gobierno, que no perciben compensación económica alguna por su dedicación al Colegio.

Conviene aclarar también que esa supuesta élite colegial, que viviría a costa de los colegiados, siempre según el Presidente de la CNC, es elegida democráticamente por sus propios compañeros de profesión, que tienen nombres y apellidos, y ante quienes responde directamente de su gestión.

Puedo asegurar que mi profesión no es, ni pretende serlo, la de Decano sino la de Ingeniero Agrónomo y que vivo, exclusivamente, del ejercicio profesional de la misma. También puedo afirnar que llevo 28 años contribuyendo al sostenimiento de mi Colegio

–aclarar que como Decano tan sólo llevo poco más de 1 año-  sabiendo que nadie ha vivido ni se ha beneficiado a mi costa, sino que todos quienes me han precedido han contribuido, con una generosidad que les honra, a que yo mismo, y otros muchos, hayamos podido ejercer nuestra profesión con las debidas garantías. También tengo la convicción de que han contribuido, de forma muy eficaz y completamente altruista y desinteresada, a que el desempeño de la  profesión de Ingeniero Agrónomo, cuya regulación compete al Colegio, haya redundado en beneficio de la sociedad en su conjunto. Precisamente, por considerarme en deuda con mi Colegio y por entender que, por encima de cualquier otro interés, es una institución de derecho público al servicio del interés general, es por lo que decidí presentarme a las elecciones de Decano, y con esas mismas convicciones desempeño el cargo tras haber resultado elegido.

Es cierto que el clima reinante no favorece la práctica del altruismo ni del trabajo desinteresado, pero sepan los lectores que precisamente bajo esas condiciones, aplicadas al pie de la letra, se desempeñan todos y cada uno de los cargos elegidos democráticamente en mi Colegio, habiendo sido así desde su fundación hace 60 años. Y sepan también que en absoluto somos una excepción.

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