La industria agrolimentaria ante su propio futuro.

Un problema que, habiéndose demostrado de muy difícil solución, también está en la raiz de los graves desequilibrios que sufre la cadena agoralimentaria y que exige soluciones innovadoras al tiempo que estrategias más decididas y ambiciosas, tanto en el ámbito de las políticas públicas como en el del propio sector.

La industria agroalimentaria aragonesa, que concentra el 9%de la producción y el 12% del empleo industrial regional, y donde las cooperativas presentan una notable presencia, muestra una evolución de la productividad un tanto preocupante. Entre 2000 y 2008 el conjunto del sector nacional ha aumentado su productividad laboral en un 28%; sin embargo, el sector aragonés tan sólo lo ha hecho en un 8%. Se está abriendo de este modo una brecha de productividad que, de no corregirse, puede acarrear graves problemas de competitividad.

Conocer las causas del comportamiento expuesto es el primer paso para abordar posibles acciones en un sector de actividad cuya importancia trasciende a lo estrictamente económico. No en vano la industria agroalimentaria juega un destacado  papel estratégico en tanto que es un eslabón esencial de la cadena alimentaria. Pero además, constituye una potente herramienta de desarrollo rural como lo prueba el hecho de que concentra el 43 % de la inversión total del Programa de Desarrollo Rural 2007-2013 de Aragón.

Las causas no son evidentes ni fáciles de analizar y deberían ser objeto de atención. No obstante, apuntan a problemas estructurales, en buena parte conocidos. Muy probablemente, la excesiva atomización del sector y la escasa dimensión económica y comercial de las empresas, con independencia de su naturaleza jurídica, están en la raíz del problema. Un problema reiteradamente expuesto desde hace años y sobradamente conocido, pero en cuya solución poco o nada se avanza mientras que la distribución se concentra más y más. Un problema que, habiéndose demostrado de muy difícil solución, también está en la raiz de los graves desequilibrios que sufre la cadena agoralimentaria y que exige soluciones innovadoras al tiempo que estrategias más decididas y ambiciosas, tanto en el ámbito de las políticas públicas como en el del propio sector.

Publicado por J. Olona en AragonCoop, nº4, Septiembre 2011.

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